Toda creación comienza en la profundidad. En lo interno. En lo femenino.
Como el vientre materno que sostiene la vida antes del nacimiento, el proceso creativo primero se gesta en la oscuridad, en el mundo de las emociones, en la intuición y la sensibilidad.
Este es el dominio de la Luna, el principio femenino. Las primeras sensaciones de una idea, esa chispa interna, surgen en el estómago, donde habitamos lo lunar, lo introspectivo, lo gestante.
Pero para que algo nazca, hace falta más que solo la gestación. El proceso se completa con la salida hacia afuera, con la acción, con la manifestación. Es ahí donde entra en juego el principio masculino, el Sol, la energía de la estructura, la forma, la materialización.
La Luna nos da la esencia, el sentir, la conexión con lo sutil.
El Sol nos da la dirección y la estructura.
Lo interno es femenino, lo que lo contiene.
Lo externo es masculino, lo que lo define.
Como el agua en una piscina: el agua es el principio femenino, fluido, cambiante, receptivo. La piscina en sí, es el principio masculino, la estructura que le da forma. Sin agua, la estructura no tiene sentido. Sin estructura, el agua no puede ser contenida.
Así es la vida. Así es el arte. Así es todo proceso de creación!!
¿Cómo sentís este equilibrio en tu vida?
Como el vientre materno que sostiene la vida antes del nacimiento, el proceso creativo primero se gesta en la oscuridad, en el mundo de las emociones, en la intuición y la sensibilidad.
Este es el dominio de la Luna, el principio femenino. Las primeras sensaciones de una idea, esa chispa interna, surgen en el estómago, donde habitamos lo lunar, lo introspectivo, lo gestante.
Pero para que algo nazca, hace falta más que solo la gestación. El proceso se completa con la salida hacia afuera, con la acción, con la manifestación. Es ahí donde entra en juego el principio masculino, el Sol, la energía de la estructura, la forma, la materialización.
La Luna nos da la esencia, el sentir, la conexión con lo sutil.
El Sol nos da la dirección y la estructura.
Lo interno es femenino, lo que lo contiene.
Lo externo es masculino, lo que lo define.
Como el agua en una piscina: el agua es el principio femenino, fluido, cambiante, receptivo. La piscina en sí, es el principio masculino, la estructura que le da forma. Sin agua, la estructura no tiene sentido. Sin estructura, el agua no puede ser contenida.
Así es la vida. Así es el arte. Así es todo proceso de creación!!
¿Cómo sentís este equilibrio en tu vida?