Me caso!
Hace dos años, Bernardino me pidió matrimonio en Santorini. Fue un sueño. Después de 6 años juntos y muchos chistes sobre cuándo y dónde llegaría la propuesta, finalmente apareció en nuestro viaje de aniversario en Grecia.
Como era de esperar, tratándose de Bernardino (atento al detalle en absolutamente todo) y en contraste con mis tendencias más bien despistadas, no podía ser de otra manera: una propuesta over the top, con sello y marca registrada “Bernardino”.
Fue en un barco, al atardecer. Parecía que hubiera hecho un pacto con el sol para que cayera justo en el momento indicado, con un fondo que parecía pintado a mano.
Al dejar el hotel, la recepcionista me confesó entre risas que Bernardino le había enviado muchísimos correos para asegurarse de que todo saliera perfecto. Con cierto tono de “qué pesado este hombre”, pude imaginarlo escribiendo mails kilométricos, cargados de expectativas y precisión… un reflejo claro de su amor, y de lo en serio que se estaba tomando todo esto. (Aunque seguro la recepcionista tenga otra opinión). Pero qué decir… no podía esperar nada menos de mi querido project manager.
Dos años después, tras 8 años juntos, llega el gran día. En apenas 8 días seremos marido y mujer. El 20 de septiembre será un día muy especial, y me siento profundamente agradecida de dar este paso no solo con mi gran amor, sino también con mi mejor amigo.
La vida siempre es más divertida cuando estamos juntos. Encontré a mi humano, y no podría estar más feliz.
Ojalá todo el mundo encuentre a su Bernardino.
Hace dos años, Bernardino me pidió matrimonio en Santorini. Fue un sueño. Después de 6 años juntos y muchos chistes sobre cuándo y dónde llegaría la propuesta, finalmente apareció en nuestro viaje de aniversario en Grecia.
Como era de esperar, tratándose de Bernardino (atento al detalle en absolutamente todo) y en contraste con mis tendencias más bien despistadas, no podía ser de otra manera: una propuesta over the top, con sello y marca registrada “Bernardino”.
Fue en un barco, al atardecer. Parecía que hubiera hecho un pacto con el sol para que cayera justo en el momento indicado, con un fondo que parecía pintado a mano.
Al dejar el hotel, la recepcionista me confesó entre risas que Bernardino le había enviado muchísimos correos para asegurarse de que todo saliera perfecto. Con cierto tono de “qué pesado este hombre”, pude imaginarlo escribiendo mails kilométricos, cargados de expectativas y precisión… un reflejo claro de su amor, y de lo en serio que se estaba tomando todo esto. (Aunque seguro la recepcionista tenga otra opinión). Pero qué decir… no podía esperar nada menos de mi querido project manager.
Dos años después, tras 8 años juntos, llega el gran día. En apenas 8 días seremos marido y mujer. El 20 de septiembre será un día muy especial, y me siento profundamente agradecida de dar este paso no solo con mi gran amor, sino también con mi mejor amigo.
La vida siempre es más divertida cuando estamos juntos. Encontré a mi humano, y no podría estar más feliz.
Ojalá todo el mundo encuentre a su Bernardino.
Y que siempre viva el amor!