Hace un tiempo escuché a un podcaster decir algo que me pareció interesantísimo:
imaginá que tu vida fuera una película, y hay miles de personas viéndola.
¿Qué dirían de tu personaje?
¿Sería alguien audaz, fuerte, tímido, generoso?
¿Cuáles serían esos momentos en los que la gente grita desde el sillón:
“¡No puede ser! ¡Despertate! ¿Cómo no se da cuenta?”
¿Y cuáles serían esos otros donde todos están al borde del asiento diciendo:
“¡Sí, sí, arriesgate! ¡Confiá, que va a salir bien!”?
¿Cuáles serían tus puntos ciegos?
Eso que vos no ves, pero que para otros sería tan obvio.
A veces mirar nuestra vida como si fuera una película puede ayudarnos a ver desde otro lugar.
A encontrar perspectivas nuevas, respuestas distintas.
A veces, incluso, puede ser justo lo que necesitamos cuando no logramos salir de un dilema o de una duda existencial.
Y vos,
¿cómo va tu película?
¿Estás siendo el personaje principal de ella?
Tu yo futuro te está llamando.
Asegurate de vivir una historia que se sienta tuya. No perfecta, pero auténtica.
imaginá que tu vida fuera una película, y hay miles de personas viéndola.
¿Qué dirían de tu personaje?
¿Sería alguien audaz, fuerte, tímido, generoso?
¿Cuáles serían esos momentos en los que la gente grita desde el sillón:
“¡No puede ser! ¡Despertate! ¿Cómo no se da cuenta?”
¿Y cuáles serían esos otros donde todos están al borde del asiento diciendo:
“¡Sí, sí, arriesgate! ¡Confiá, que va a salir bien!”?
¿Cuáles serían tus puntos ciegos?
Eso que vos no ves, pero que para otros sería tan obvio.
A veces mirar nuestra vida como si fuera una película puede ayudarnos a ver desde otro lugar.
A encontrar perspectivas nuevas, respuestas distintas.
A veces, incluso, puede ser justo lo que necesitamos cuando no logramos salir de un dilema o de una duda existencial.
Y vos,
¿cómo va tu película?
¿Estás siendo el personaje principal de ella?
Tu yo futuro te está llamando.
Asegurate de vivir una historia que se sienta tuya. No perfecta, pero auténtica.