La verdadera libertad no es hacer lo que querés, cuando querés.

La verdadera libertad nace de hacerte cargo de vos mismo, de tu vida y de tu realidad.

En algún punto del camino, todos tenemos que elegir:
Seguir viendo la vida desde el lugar de víctima…
O tomar las riendas y asumir que somos los creadores de nuestra experiencia.
No se trata de negar que pasan cosas difíciles. Por supuesto que la vida a veces duele.
Pero no es lo que pasa, es cómo elegís responder.
Es cómo decidís levantarte y reconstruirte, una y otra vez.
Como el ave fénix que arde en sus propios fuegos para renacer más fuerte que antes. (Qué lindo, ¿no?)

Si tu vida hoy es un caos, pregúntate:
¿En qué parte de mí también reina ese caos?
¿Dónde necesito traer orden, amor y conciencia?

Estás en mucho más control del que pensás.
Y eso es lo mejor que podés descubrir: que siempre hay algo que podés hacer al respecto.
Siempre hay luz del otro lado, algo que te espera adelante.

¿Te estás haciendo cargo de tu vida? ¿De tus emociones? ¿De tus relaciones?
¿O seguís esperando que cambie algo afuera antes de cambiar vos?

¿Qué vas a hacer al respecto?

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