Toda creación comienza en la oscuridad. En lo profundo, en lo desconocido, en el misterio.
Nada surge de la nada. Antes de que algo nazca, primero hay un proceso de gestación. Algo que se enrosca, que se encierra sobre sí mismo, que se condensa en lo más íntimo antes de expandirse hacia afuera.
Así como el universo late en ciclos de contracción y expansión, así como el parto es el instante donde la vida se despliega tras un profundo repliegue, toda transformación requiere primero un momento de recogimiento antes de emerger.
Nos enseñaron que crecer es ir siempre hacia adelante, pero a veces crecer es volver hacia adentro. Es encogerse un poco para después abrirse con más fuerza.
Si hoy sentís que estás en un momento de contracción, es parte del ciclo. Lo que hoy se repliega, mañana se expandirá.
Nada surge de la nada. Antes de que algo nazca, primero hay un proceso de gestación. Algo que se enrosca, que se encierra sobre sí mismo, que se condensa en lo más íntimo antes de expandirse hacia afuera.
Así como el universo late en ciclos de contracción y expansión, así como el parto es el instante donde la vida se despliega tras un profundo repliegue, toda transformación requiere primero un momento de recogimiento antes de emerger.
Nos enseñaron que crecer es ir siempre hacia adelante, pero a veces crecer es volver hacia adentro. Es encogerse un poco para después abrirse con más fuerza.
Si hoy sentís que estás en un momento de contracción, es parte del ciclo. Lo que hoy se repliega, mañana se expandirá.