Lo único que nunca cambia es que todo cambia.
Somos transformación constante, aunque muchas veces nos resistamos a ello. Nos aferramos a lo que conocemos, pero la vida sigue su curso: fluyendo, adaptándose, evolucionando.
El mar se retira antes de volver a la orilla.
La semilla se encierra en la tierra antes de brotar.
La oruga se disuelve en su capullo antes de desplegar sus alas.
Todo en la naturaleza nos muestra que los ciclos son inevitables y, en su esencia, hermosos.
Cada transformación trae consigo experiencias, lecciones y nuevas formas de ser.
Una mente flexible y abierta navega los cambios con más fluidez. Una mente rígida, inflexible, lucha contra la corriente.
¿De qué formas te has transformado?
¿Fluís con el cambio o te resistís a él?
Somos transformación constante, aunque muchas veces nos resistamos a ello. Nos aferramos a lo que conocemos, pero la vida sigue su curso: fluyendo, adaptándose, evolucionando.
El mar se retira antes de volver a la orilla.
La semilla se encierra en la tierra antes de brotar.
La oruga se disuelve en su capullo antes de desplegar sus alas.
Todo en la naturaleza nos muestra que los ciclos son inevitables y, en su esencia, hermosos.
Cada transformación trae consigo experiencias, lecciones y nuevas formas de ser.
Una mente flexible y abierta navega los cambios con más fluidez. Una mente rígida, inflexible, lucha contra la corriente.
¿De qué formas te has transformado?
¿Fluís con el cambio o te resistís a él?